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Entrevista a Isabel Herguera, directora de “El Sueño de la Sultana ”

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Nos reunimos en el Festival Internacional de San Sebastián (2023) para entrevistar a Isabel Herguera, la directora de la única película de animación en la sección oficial en competición, que ganó el Premio Irizar al Cine Vasco: El sueño de la Sultana.

E1: Primeramente ¿Cómo encontraste esta historia? 

Portada de Sultana’s dream de Rokeya Sakhawai Hossain, 1905

IH: El libro, que me lo encontré en Nueva Delhi, cuando había acabado un cortito. Estaba pendiente de regresar a casa, y empezó a llover. Me metí en una librería de arte y ahí estaba el libro. Rojo, con su portada (preciosa), que mostraba a una mujer pilotando una nave espacial, y leí “El sueño de la Sultana, una utopía feminista escrita en 1905” Y dije: “Buah! ¿Qué es esto?” Le di la vuelta y leí después que Rokeya era una mujer que no había tenido acceso a una educación formal, por que el conocimiento supone una amenaza para el marido la hora de casarse, además a muy temprana edad. En ese momento decidí que esta tenía que ser mi siguiente peli.

E2: Al ser una película basada en Sultana’s dream de Rokeya Sakhawat Hussain, ¿por qué decides hacer la adaptación sobre esta obra y no sobre La ciudad de las damas de Christine de Pizan?

IH: Antes de la pandemia, hicimos un curso sobre Christine de Pizan, sobre La ciudad de las damas y me parecía que el cuento de Rokeya era más cercano, más radical y tenía más  posibilidades. Me parecía más sencillo, y mas directo. Christine de Pizan es un gran libro, tiene muchas manera de abordadlo. Pero me parecía que Rokeya era más directa y a la vez más brutal usando más un lenguaje directo de diálogo. Mientras que en la obra de Christine de Pizan hay más elucubraciones, y conceptos filosóficos.

E1: Eso fue lo que te llamó la atención para esta historia, pero también incluyes muchos elementos de la India. Por lo tanto, ¿de dónde viene esta fascinación por su cultura?

IH: Me viene por mi hermano. Él me regaló una postal con una miniatura de los mogules de tradición persa. Y este tipo de pinturas pequeñas pueden describir todo tipo de situaciones, con un carácter extraordinariamente romántico. Las escenas son tan delicadas y bellas que me quedé prendada de esa imagen. 

Fui por primera vez en el 2005 y desde ese año hasta 2016 que empecé a trabajar en Alemania, me pasaba 6 meses en la India dando clases, haciendo pelis cortas… Es como una relación muy familiar que durante un tiempo ha supuesto algo muy importante para mí. 

Miniatura mogul

E2: ¿Cómo de importante es tu propia experiencia para el desarrollo del personaje de Inés? ¿Crees que hay un vínculo entre la cultura vasca y la hindú?

IH: Bueno, comenzando por la segunda pregunta, no lo sé. Pero, me parece importante que para que fuese creíble el viaje de Inés, había que incorporar elementos de mi propia experiencia de la vida real. Y por eso es que muchos de los viajes que realiza durante la película están basados en los míos. 

Yo digo que “no tengo fantasía” o “fantasía limitada”, por lo que me viene muy viene muy bien incorporar cosas de la realidad. Al final, la ficción y la realidad funcionan paralelamente, sobre todo en procesos tan largos.

E1: A raíz del personaje de Inés, ¿por qué te planteaste hacerlo desde la perspectiva extranjera de una española y no desde la hindú? 

IH: Yo lo cuento desde dónde lo sé, desde donde lo siento. Intenté ser lo más honesta posible desde esa perspectiva. Simplemente por que para hacer las cosas creíbles, y que la gente empatice tienes que darles ciertos componentes de realidad para que sea creíble. Entonces ¿qué es más real que una experiencia que había sido personal?

E2: Por lo que se ve, la película es una especie de libro visual que emula a la propia obra ¿Pero, por qué esta separación en capítulos? 

IH: Supimos que queríamos hacer “El país de las mujeres” en otro segmento diferente a la vida de Rokeya por que nos pareció igualmente interesante. Hicimos mucho talleres con mujeres para recopilar todo el material que necesitábamos para “El país de las mujeres”, para la parte de la pintura y el tatuaje temporal. Y una vez que teníamos todos esos elementos comenzamos a recopilar música, sonidos, y a imaginarnos un marco para hacer esta historia dentro de esta historia. Como una especie de muñeca rusa donde vas metiendo historias. Es ahí donde creamos el personaje de Inés. Esta joven que descubre el libro y hace como un viaje casi iniciático, romántico de descubrimiento buscando en la India el país de las mujeres y las trazas de Rokeya. 

E1: En la rueda de prensa para el SSIFF, 71 ,mencionaste que el proceso de construcción de esta película, para ti fue como pintar un cuadro. ¿Podrías ampliar esta similitud entre el cuadro y el estilo de animación que querías plasmar?

IH:Cuando tienes en mente pintar un cuadro, sabes aproximadamente los colores que quieres usar, qué tipo de composición quieres. Pero, verdaderamente, no tienes ni idea de lo que vaya a salir.

Sabíamos que teníamos “El país de las mujeres” y que teníamos  la vida de Rokeya, pero poco a poco había que construir el resto. Cuando pintas un cuadro lo empiezas en desorden. Empiezas por aquí, después una mancha por allá… hasta que al final todos los elementos se van construyendo. Es como si todas las piezas terminaran de encajar. Pero de alguna manera eso es un proceso que es muy arriesgado en un largometraje, por que hay mucho dinero envuelto, y la industria es un sistema exhaustivo donde las cosas tiene que estar cerradas. Y ¿ cómo mantener al mismo tiempo esa motivación y estímulo de un proceso tan largo? Si lo tienes todo cerrado, sofocas todo el proceso creativo. En cambio, si dejas ciertas aéreas un poco indefinidas que tienes que resolver, te mantienes muy alerta. Es más orgánico. Aunque, también puede estar abocado al fracaso estrepitoso. 

E2: A raíz de esta construcción a piezas que describes, ¿cómo ha sido la decisión y el proceso creativo y musical que rodea la historia de Rokeya?

IH: En principio, en esa parte sabíamos y teníamos muy definido que queríamos que fuera el teatro de sombras. Teníamos ya los personajes y los fondos. Pero, en el 2019 decidimos que lo que verdaderamente teníamos que tener era la voz de un trovador como tradicionalmente se utiliza en el teatro de sombras. Con una voz que clama y canta la historia. 

Se nos ocurrió utilizar una forma popular, construyendo esta banda sonora que acompaña al sueño de Rokeya, y cuando ya tuvimos hecha la melodía, se unió a la letra Boushumi Bhowmick (que es una estupenda cantante y poeta bengala). Nuestro otro compositor de la BSO, Tajdar Junaid, encontró a una mujer con la voz que necesitábamos para que cantase la vida de Rokeya. 

E1: ¿Cómo ha sido ese cambio de proyectos más “artesanales” en tus cortos a dirigir un equipo que refleje tu estilo?

IH: Bueno, ha sido difícil. Me pasé 6 meses en Almindralejo (que es donde se hizo la animación principal en 2D) para poder conocer físicamente a la gente, seducirles con el proyecto, y hacerles entenderse con los personajes. Los fondos también fueron de forma presencial, con pintores. Y para “El país de las mujeres” lo animaron indios con los que he trabajado muchas veces. Me conocen muy bien y por eso era más fácil dirigirles.

E2: Ahora, como directora de animación, ¿sientes que hay más apoyo de las productoras para llevar a cabo películas animadas dirigidas por mujeres?

IH: Nosotros tuvimos mucha suerte de encontrar por el 2016 a Chelo de la productora Abano, que siempre están apoyando proyectos de animación y animación independiente. Y Mariano en El Gato Verde, Iván Miñambres y más tarde Fabian y Fred, que han entrado después, que en todo momento apoyaron y, con gran fe, nos dieron todas sus bendiciones, y nunca nos cuestionaron en nada cómo estábamos trabajando. 

Hay mucho largo dirigido por mujeres, de carácter muy independiente, de manera que esa especie de nicho que es el corto, en el que se han atrincherado muchas es debido a que en el corto son libres. Lo pueden hacer en los momentos que ellas decidan. Es un espacio verdaderamente muy marginal pero genial, por que una es totalmente dueña. En cambio en la industria hay menos por que está mas centrada en un tipo de animación más promocional, de anticipaciones, de stretchings y de grandes movimientos que no van tanto con la manera en cómo nosotras (a veces) entendemos el movimiento.

E1: Estamos en el SSIFF, 71, y es la primera vez que en competición se presenta una película de animación europea en el festival, ¿crees que puedes estar sentando un precedente para que los en futuras ediciones del Festival incluyan más películas de animación? ¿O crees que podría ser una excepción?

IH: ¡Ojalá! No creo, yo veo que hay una gran sensibilización hacia la animación, o sea que no es una excepción. Ha habido 3 películas (de animación) este año en el festival, y si comparamos la cantidad de producción que hay en imagen real con la de animación, pues no tiene nada que ver. En ese sentido ha habido una representación muy importante. Y yo creo que esto va a sentar un precedente y espero que en un futuro haya más. 

Entrevista realizada en el Festival de San Sebastián el 25 de septiembre de 2023.