CRÍTICA: “Hazbin Hotel”, diversión irreverente en el infierno de Vivziepop

¡Hazbin Hotel alza el telón en Prime Video! El fenómeno global animado creado por la artista Vivienne Medrano (más conocida en redes por su nombre artístico Vivziepop) ha logrado romper las barreras de YouTube y llegar a las plataformas de streaming. Por el camino, 4 años desde que se publicó su episodio piloto en Internet. 30 minutos a modo de presentación que bastaban para presentar un peculiar mundo propio que no tardó en conquistar a millones de fans de todo el planeta. En él ya se alcanzaba a atisbar la gran creatividad y talento que hoy podemos comprobar en la serie completa. Y con el aumento del nivel de producción que proporciona el respaldo de una plataforma de streaming y una productora de la talla de A24; es esperable que Hazbin Hotel suponga toda una revolución en la animación para adultos estadounidense.

DE YOUTUBE A PRIME VIDEO

No solo todos los personajes del episodio piloto están de vuelta, sino que la trama del mismo está integrada cronológicamente dentro de la serie. Los eventos del primer capítulo tienen lugar una semana después del piloto, aunque de manera muy eficaz vuelven a presentarse su particular universo y sus carismáticos demonios. De manera que no se despistarán los nuevos espectadores que se acerquen a la serie y que no formen parte de su ferviente comunidad en la red, y participarán desde el primer momento en la diversión. Es notable que ha habido tiempo de sobra de pulir el diamante en bruto, pues la serie resulta más equilibrada y menos caótica que el piloto, mejorando considerablemente los puntos débiles de este.

UN CUENTO DE PRINCESAS EN EL INFIERNO

Hazbin Hotel es un cuento musical al más puro estilo Disney, cuyas canciones, presentes en todos los episodios, son tan geniales que nada tienen que envidiar a los clásicos de la casa de Mickey Mouse. Además, que los intérpretes sean algunas de las mejores voces de Broadway le da a la serie un toque único y una musicalidad espectacular. Tampoco falta princesa en este cuento, puesto que Charlie, la protagonista, no es otra que la mismísima hija del rey del infierno. Entre tanta perversidad demoníaca, Charlie es todo un alma caritativa llena de entusiasmo y positivismo. Y su noble propósito no es otro que acoger en el Hazbin Hotel a aquellos demonios que quieran redimirse y rehabilitarse para ser de nuevo admitidos en el cielo. El problema es que el resto de habitantes del infierno no están muy por la labor.

Pero que nadie se confunda, pues Hazbin Hotel no es en absoluto una serie animada para todos los públicos, sino todo lo contrario. Y es que sus demonios protagonistas sueltan por sus bocas endiabladas barbaridades y realizan todo tipo de aberrantes depravaciones, sin ningún tipo de filtro. ¡Evidentemente, pues están en el infierno! ¿Por qué habrían de tenerlo? El público adulto sí que se deleitará con esta hilarante subversión de los clásicos de Disney, una parodia irreverente y gamberra con una identidad propia aplastante, y que tampoco está exenta de mágica. Porque como defiende Charlie con todas sus fuerzas, no hay bicho lo suficientemente malvado y desalmado como para que no tenga su corazoncito.

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